Día 1
La Fe y el Martirio
La vida de San Benjamín, no se encuentra registrada en libros ni
documentada en lugares históricos que podemos visitar para hallar huellas
materiales de su paso por este mudo.
Pero sabemos que su vida estuvo signada por la luz de la Fe en un Dios
Providente y Misericordioso al que amó en el servicio a los hermanos y en el
anuncio incansable del Evangelio.
La fe como
virtud teologal es siempre respuesta de hijo a Dios Padre, es siempre respuesta
a una iniciativa de amor.
Mártir significa “Testigo”, San Benjamín es mártir, porque con su
entrega da testimonio del amor de Dios Padre con el precio de su sangre. A
imitación plena de Cristo entrega su vida por amor, para que su ofrenda en el
servicio sea perfecta. El seguimiento a Jesús es ir tras huellas y hacer suyas
las palabras del Evangelio e ir más allá del cumplimiento y de la
superficialidad que imperan en el mundo de hoy, el seguimiento es respuesta y
la respuesta es Fe que hace fecunda la entrega total en cuerpo y alma como lo
hizo Jesús por nosotros en la Cruz.
Pidamos a San Benjamín nos constituya sus fieles seguidores para que a
imitación suya nuestra respuesta de Hijos sea con el corazón a todos los
designios del Padre del Cielo.
Fortalece nuestras creencias, aumenta nuestro valor
cristiano para que sepamos confesarlas.
Bendice nuestros hogares y protégenos en nuestras tareas para que
sirviendo a Dios con fe merezcamos el premio de los santos.
Amén San Benjamín…. Ruega por Nosotros
Día 2
La Esperanza y el martirio
La esperanza nos eleva a pensar en el porvenir de felicidad que nos
espera en la Eternidad. La esperanza como virtud teologal, se une estrechamente
a la fe, sin la cual no tendría sentido la espera. Los Bautizados vivimos en la
espera confiada en un Dios Providente.
Según lo que anuncia el Profeta Daniel: “La fe de los Mártires engendra
la esperanza de la Resurrección”, (Dan. 12, 1). Esa esperanza fue la que ardió
en el corazón de San Benjamín para enfrentar el fin de la vida en esta tierra
con los ojos puestos en el cielo.
Busquemos con esperanza los bienes del Cielo y dejemos que el Espíritu
Santo con dones y frutos perfeccione la obra creadora de Dios en cada uno de
nosotros.
Que bajo la protección y guía de San Benjamín podamos vivir nuestro
Bautismo como verdaderos herederos del Cielo.
Oración a San Benjamín
Invicto defensor de la fe, que para propagarla sufriste los más atroces tormentos y derramaste generoso tu sangre, escucha las oraciones que humildes y confiados te dedicamos.Fortalece nuestras creencias, aumenta nuestro valor cristiano para que sepamos confesarlas.
Bendice nuestros hogares y protégenos en nuestras tareas para que sirviendo a Dios con fe merezcamos el premio de los santos.
Amén San Benjamín…. Ruega por Nosotros
Día 3
La Caridad y el martirio
Comúnmente se
confunde Caridad con Solidaridad, la asistencia o la ayuda material a quienes
están más necesitados. La Iglesia nos enseña que la Caridad bien ejercida
consiste en ver el rostro de Cristo en cada hermano y se funda en el mandato de
Jesús (Juan 13, 34-36): “Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros;
como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros. El amor mutuo
entre ustedes será el distintivo por el que todo el mundo los reconocerá como
discípulos míos”
La Caridad es
la forma más pura de amor, ya que es la manera por la que Jesús lleva a
plenitud la obra redentora. El amor de Jesús no es sólo un mandato, sino
que es una novedad y un rasgo distintivo de su Iglesia, de su Cuerpo místico
para el mundo.
La Caridad,
como virtud teologal, corona las demás virtudes (La Fe y la Esperanza), les da plenitud y el sentido de trascendencia y, si bien asistir a los hermanos
de forma material es una obra de misericordia, esas obras de misericordia deben
surgir desde el convencimiento de que en el prójimo vemos a Cristo. Como el
Padre nos ve a nosotros a través de las llagas de su hijo. Sin entrega y cruz
no hay Caridad posible.
Roguemos a San Benjamín que nos conceda un corazón que rebose en Amor
desinteresado por los demás, que aprendamos a responder fielmente como hijos
del Padre Celestial, que conformemos una familia de verdaderos hermanos de
Cristo y que por la acción del Espíritu Santo nuestra comunidad crezca en el
servicio poniendo a disposición los carismas recibidos por la gracia.
Oración a San Benjamín
Invicto defensor de la fe, que para propagarla sufriste los más atroces tormentos y derramaste generoso tu sangre, escucha las oraciones que humildes y confiados te dedicamos.
Fortalece nuestras creencias, aumenta nuestro valor cristiano para que sepamos confesarlas.
Bendice nuestros hogares y protégenos en nuestras tareas para que sirviendo a Dios con fe merezcamos el premio de los santos.
Amén
San Benjamín…. Ruega por Nosotros