Aprendamos
de Nuestra Señora a ser útiles a los demás, a pensar en sus necesidades, a
facilitarles la vida aquí en la tierra y su camino hacia el Cielo. Ella nos da
ejemplo: «En medio del júbilo de la fiesta, en Caná, solo María advierte la
falta de vino... Hasta los detalles más pequeños de servicio llega el alma si,
como Ella, se vive apasionadamente pendiente del prójimo, por Dios»17. Entonces
hallamos con mucha facilidad a Jesús, que nos sale al encuentro y nos dice:
cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a Mí me lo hicisteis.
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